lunes, 27 de febrero de 2012

Pintura I :Fra Angélico

Guidolino di pietro, nacido hacia el año 1395 en Vicchio (Florencia), ingreso en 1418 en la orden de los dominicos, donde asumió el nombre de fra Giovanni, aunque fue más conocido por Fra Angelico por la santidad de sus costumbres y la inspiración religiosa de sus obras. 
Los dominicos se trasladaron al convento de San Marcos de Florencia que acababa de ser reconstruido por Michelozzo. Allí Fra Angélico demuestra su evolución en la pintura al realizar los cuarenta y cuatro frescos de las celdas de este convento cuya finalidad era alimentar la piedad de los monjes.

Su primera obra fechada fue Madonna di Tarquinia, en 1437.

Son casi oraciones pintadas, en las que la simplicidad de las composiciones inspiradas por una lúcida racionalidad y solidez de las formas de ascendencia masacciesca, se unen a una luminosidad que parece difundirse por las figuras mismas asumiendo un valor y un significado de espiritual de trascendencia, de acuerdo con la doctrina de santo Tomás sobre la esencia divina de la luz

En 1447 el pintor inició la decoración de la capilla de san Brizio en la catedral de Orvieto, que más tarde terminaría Luca Signorelli, y un año después fue llamado a Roma para pintar en el Vaticano la capilla Niccolina (1448-1450) con manifiestos de perspectiva. 

la primera época, se encuentran todavía más rasgos goticistas, como el gusto por el oro y los ricos damascos y brocados, las composiciones arcaizantes y los artificiosos fondos trecentista como en esta obra y en la Virgen de la Humildad


Su gama cromática recuerda a la de la miniatura bajomedieval.



fra Angelico es también precursor del clasicismo por su  sentido del espacio, el claro modelado de figuras y volúmenes, la búsqueda permanente de un nuevo naturalismo y el modo de tratar la luz  y la perspectiva. A lo largo de su vida, el idealismo gótico irá dejando paso a una técnica renacentista  que sitúa su obra entre las más bellas e importantes del Quattrocento.

En una de las celdas del convento de San Marcos, donde dirigió los trabajos desde 1438 hasta 1446, podemos ver una Anunciación (1441) que muestra a la Virgen arrodillada ante el ángel Gabriel en un espacio de paredes desnudas. Asiste a esta escena San Pedro Mártir, que contempla el acto.
Fra Angelico pinto el mismo tema (1450)en el inicio de las escaleras del convento, así como en sendas tablas que se encuentran en el Museo del Prado y el Museo Diocesano de Cortona.





Anunciación de las escaleras del convento de San Marcos







Anunciación del museo de Diocesano de Cortona
















Anunciación del museo del Prado















Haciendo un recorrido por los frescos del convento de San Marcos, podemos citar como más importantes:






La crucifixión









         
                                                             Cristo peregrino

















  La transfiguración



















La adoración de los magos. forma parte del armario de plata.


















Armario de plata, donde se narra la historia de la biblia.
Se encuentra en la iglesia de la Santa anunciación de Florencia.
































Bibliografía: (2003)Historia del arte.Instituto Gallach. Barcelona.
                   http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/pintores/1062.htm  (consultada el 16-2-2012)
                   Imágenes conseguidas desde el buscador de imágenes google.

Pintura I :Filippo Lippi

Nos adentramos en una nueva corriente artística: el Quattrocento italiano.
A partir de este momento, el artista comienza a tomar protagonista y es reconocido públicamente. Aparecen las escuelas de las diferentes disciplinas artísticas y también los talleres.
Se comienza a trabajar con las perspectiva y las pinturas cobran un aire más real. En esta época se resalta la figura humana y su belleza, tanto del hombre como de la mujer, como veremos en las obras de Filippo Lippi entre otros.

Más joven que Masaccio y probablemente su alumno, Filippo Lippi (1406-1469) fue un monje carmelita 

En el periodo central de su vida artística se acerca al estilo coloreado de fra Angelico, aunque buscando siempre en su pintura soluciones originales.
Lippi aborda de nuevo el esquema compositivo de la sacra conversazione (virgen con el niño y santos en un espacio unificado, de modo que los personajes sagrados parecen entablar un diálogo mudo por medio de sus miradas), superando la fragmentación en tablas separadas, que caracterizaba hasta entonces a los trípticos, con el propósito de obtener una composición unificada. Esto hace que sus pinturas tiendan a un espacio discontinuo, excesivamente lleno de objetos, formas y motivos secundarios. Sin embargo Lippi acierta con esta densidad y la transforma en una gran habilidad

Entre sus obras más importantes podemos citar: La Virgen adorando al niño, La Anunciación, La Coronación de la Virgen. Entre sus grandes frescos, tenemos: la vida de San Juan Bautista, San Esteban, El tránsito y coronación de la Virgen maría, La danza de Salomé.

En 1456 fue capellán del convento de Santa Margarita, en Prato, cuando se fugó con una monja, Lucrecia Buti, unión en la que nacería Filippino Lippi. Finalmente fue absuelto por el papa Pío II, pudo casarse y continuar su carrera
En esta última época realiza la serie de pinturas de la Madonna con el bambino, donde se aprecia la gran evolución del artista y los rasgos que predominan en el Quattrocento.
                                                                          



En concreto nos vamos a centrar en esta pintura: Virgen con el niño y dos ángeles.
Fra Filippo Lippi aporta al Quattrocento el sentido humano que se aprecia especialmente de las Madonnas como ésta que contemplamos. Dos ángeles llevan al niño hasta su madre, la cual lo recibe con las manos en posición de oración. El rostro de la Virgen recuerda al de Lucrecia Butti, al igual que sucede en otras obras como en la de la coronación de la Virgen. En los rostros encontramos mucha expresividad, especialmente en el angel que mira inocentemente al espectador. Tras las figuras se situa un paisaje enmarcado por una ventana que nos da la sensación de profundidad.
La minuciosidad de las telas y los adornos de la Virgen están inspirados en la pintura flamenca. Este tipo de Madonnas servirá de inspiración al gran Botticelli.






También podemos enunciar algunas de las obras maestras realizadas en Prato. Una serie de frescos inspirados en las vidas de San Juan Bautista y San Esteban entre otras escenas bíblicas como en El festín de Herodes. 


Madonna di tribulto 


       Madonna en el trono con santos.
El festín de Herodes.

Otra gran obra situada actualmente en la galería de los Uffizi al igual que la obra Virgen con el niño y dos ángeles es:
La coronación de la virgen.
 Introdujo importantes modificaciones en la iconografía tradicional de los personajes principales de la Coronación. Si a lo largo de los siglos XIII y XIV maría aparecía sentada humildemente inclinada ante cristo, ahora la vemos arrodillada ante la figura de Dios Padre, lo que incrementa la solemnidad del acontecimiento, La actitud de la Virgen y el hecho de que el creador lleve la tiara pontificia refuerzan la similitud de la escena con la coronación de una emperatriz.
En esta obra se contempla la influencia de fra Angélico a pesar del gusto gótico por la acumulación de personajes y refinamiento ornamental.. El personaje arrodillado ante él es Francesco Antonio Maringhi, capellán de san Ambrosio y donante de la obra. También se percibe el retrato del autor al que se le identifica con el monje carmelita situado a la izquierda que mira soñadoramente hacia el espectador. Una pálida luz baña los personajes dando lugar a unos rostros pensativos y delicados, característicos del arte de Lippi.
Abajo, detalle de Santa Teofista, representada con exquisita ambigüedad, resumiendo en ella características de Santa Ana, patrona de las madres y de Maria magdalena, cuyo tocado de finos bucles en forma de caracola nos recuerda a una cortesana. Se ha creído así mismo un retrato de Lucrezia Butti, amante del pintor.

Bibliografía:(2003) Historia del arte. Instituto Gallach. Barcelona
                   Imágenes conseguidas en el buscador de imágenes google.



domingo, 29 de enero de 2012

Origen mitológico de Roma.

Un héroe troyano llamado Eneas, hijo de Venus y de un pastor (Anquises), huye de troya con su familia hasta que siete años después se asienta en la penísula itálica, reinada en ese tiempo por los latinos. Eneas tiene hijos con la descendiente de este rey (Lavinia). Por esta razón abandona a su padre y funda Alba Longa en la orilla derecha del Tíber, donde será rey hasta su fallecimiento.
Tras varias generaciones, Numitor llega al poder, aunque su hermano Amulio lo destierra y se proclama rey. Mata a todos los descendientes de Numitor excepto a su única hija Rea Silva a cambio de que ésta se haga vestal. Marte se enamora de Rea Silva y la deja embarazada de gemelos, pero cuando Amulio se entera del embarazo espera hasta su nacimiento para abandonarlos en el Tíber, aunque Marte interviene y pone en su camino a la loba Luperca que les amamantará para la supervivencia de los gemelos. Pasado un tiempo, este mismo dios pone en contacto a los niños con la civilización a través de una pareja de pastores llamados Laurencia y Faustulo, que los adoptan y los crían como a sus propios hijos nombrándoles Rómulo y Remo.
Al cabo de su vida, Rómulo y Remo tienen una vida normal como pastores, pero cuando Amulio se percata de la supervivencia de estos gemelos, los envía al exilio junto a Numitor, donde descubren que es su abuelo.
Cuando vuelven a Alba Longa, vencen a Amulio y Numitor vuelve a estar en el poder.
Fundan una nueva colonia de Alba Longa junto donde la loba Luperca los salvó amamantándolos, aunque al no ponerse de acuerdo en el territorio compiten siendo el vencedor el que vea doce buitres. Remo se dirige al monte Aventino y cuenta hasta seis buitres; en cambio Rómulo se dirige al Palatino donde divisa los doce. Éste traza un cuadrado fundando la Roma Quadrada y jurando que mataría a cualquiera que sobrepasara sus límites. Remo, furioso hace dicha osadía y se baten en duelo, cuyo final es la muerte de Remo y el bautizo de la nueva ciudad por Rómulo como Roma en honor a su hermano.




Los primeros años de esta nueva ciudad fue morada para saqueadores y ladrones, y al haber un exceso de hombres, se organizaros unos juegos deportivos en honor a Neptuno donde acuden los Sabinos. Los romanos raptan a las sabinas y expulsan a los hombres, que tiempo después acorralan a los romanos en el Capitolio.
Cuando se va a dar lugar el enfrentamiento, las sabinas se interponen, ya que no quieren la pérdida de sus padres ni de sus maridos e hijos, cada uno en un bando. Ambos comprendieron la situación y firmaron la paz con un gran banquete.
Rómulo fue el primer rey de Roma y, según cuenta la leyenda, una vez fallecido, su padre el dios Marte lo elevó a los cielos y fue venerado como el dios Quirino.